sábado, 7 de marzo de 2009

Mal Paso sumergida en el hambre, la miseria y el lago Azuei

Jimaní, provincia Independencia.-A 360 kilómetros de la ciudad de Santo Domingo se encuentra Mal Paso, una localidad donde, desde hace años, el hambre, la miseria y la polvareda se han apoderado de ese humilde pueblo, y lo único que tienen para comer es lo poco que pueden cosechar.

En el mercado ya no hay mucho que comprar y los trabajadores se ganan la vida haciendo de todo un poco. En la frontera con Mal Paso, se observan mujeres vendiendo productos para el pelo y otras que se dedican a brillar carderos; niños que se te van encima para pedirte dinero, mientras otros te observan de lejos con una mirada entristecida.

Los hombres tienen el trabajo más pesado. Con sus carretas se dedican a llevar compras de un lado al otro de la frontera; otros la cargan cosas sobre sus hombros, todo para obtener el sustento de sus familias.

El mercado dominico-haitiano que se desarrolla en la misma frontera, ha quedado justo en medio de las aguas del Azuei, que mantiene un aumento continuo hacia la ciudad, a pesar que no están ocurriendo precipitaciones.

Jean Solie, consultado por este diario en la frontera, dijo que todos los días trabaja sin descanso y que, a veces, tiene que hacerlo hasta lloviendo “todo esto para ganarme 70 u ochenta pesos en el día”. Por cada viaje, Solie cobra 10 y 15 pesos y no hay mucho trabajo.

Otros se dedican a comercializan refrescos, espaguetis, salami, papel de baño, pinchos, víveres, arroz, habichuelas y aceite, que prefieren vender antes que comérselo. Sorprendidos por la información cuestionamos a la señora Yanet Pierre, quien afirmó que con el dinero que recaudan pueden comprar más cosas para su casa y obtienen un dinerito para el cuidado de sus hijos.

Lo más lamentable es que allí se encuentran algunas mujeres embarazadas realizaban trabajos forzados entre el agua de la laguna Azuei, que mantienen inundado el pueblo. Sonriente, pero clamando porque no la fotografiemos encontramos a Sonia Batite, que con su lenguaje poco entendible, nos dijo que tenía tres meses de embarazo y su marido se había marchado hacia la capital.

La provincia Independencia limita por al Norte con Elías Piña y Bahoruco, por el Este con la provincia Barahona, por el Sur con la provincia Pedernales y por el Oeste con la República de Haití. Según el censo de 2002, tiene uno 50,833 habitantes.

Azuei inunda población

El lago Azuei ya sumergió las instalaciones que alojaban el CEI-RD en Jimaní, la Oficina de Sanidad Vegetal y Animal de la Secretaría de Agricultura, el puesto del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (Cesfront), las oficinas de Aduanas y otras estructuras de las que apenas se observa parte del techo.

La crecida del lago ha hecho que los habitantes de ese municipio recuerden la tragedia originada por la riada del río Soleil (Blanco) el 24 de mayo de 2004, donde fallecieron más de 800 personas.

Los ciudadanos temen que ahora sus casas sean tragadas por las inundaciones del lago Azuei, ubicado en el vecino territorio, el cual ha penetrado casi tres kilómetros hacia el pueblo, sin que se estén registrando lluvias.

Las inundaciones han cubierto edificaciones oficiales y de capital privado, cubren propiedades agrícolas y tienen ocupada parte de la carretera que une a la República Dominicana con Haití.

Expertos señalan que el fenómeno que ocurre tanto con el lago Enriquillo como con el Azuei es extraño, porque va en contra de todas las teorías que se han planteado hasta el momento.

El ingeniero geólogo Tabaré Mondaray Báez destacó que todos los ríos que desembocan en estos lagos son insuficientes para que su volumen de agua se incremente a esas magnitudes y para mantener estas lagunas. “Para lograr esto, debería entrarle agua por diez años al Lago; es imposible que los manantiales hayan provocado la crecida”, dijo.

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